Las calles de la Avenida Paulista están literalmente tomadas por el espíritu navideño. Porque además de las compras, los brasileiros adoramos (si pessoal, falei bem) las lucecillas de colores. Cientos de ellas adornan nuestras calles, nuestros árboles, nuestros cuartos de baño. Que digo cientos, digo miles, digo millones. Y no exagero para nada. En el parque Trianón, luce un cartel que lo deja bien claro:1,5 millones de bombillas adornan sus árboles. Es que aquí somos más chulos que un ocho. En vez de árbol de navidad (pa qué), tenemos BOSQUE de navidad. Con sus bolas, con sus luces, con sus coches...
Luego, los que acostumbramos a ir a El Corte Inglés a ver los adornos de Navidad, quedamos extasiados y boquiabiertos ante la decoración de la Paulista. Han (hemos) montado un puente de un lado al otro de la calle, como de 5 metros de alto por 5 metros de ancho, donde se puede pasear y ver obnubilado la imaginación navideña al poder. Papa Noel gigante (12 metros), noria, duendes, pajes, bla, bla, bla.
Y ahí me tenéis a mí en la Paulista con cámara, objetivos (3) y trípode, dispuesto a captarlo todo. Y no fue fácil, no creáis... No hablo de la dificultad técnica de las fotos (que pa mí está chupao) sino de la logistica. Es decir, de encontrar sitio para plantar el trípode, que con el mogollón de gente (policía incluída) no daba ni para respirar.
Así que atentos seguidores de éste vuestro blog, aprovecho la presente imagen para desearos a todos
FELIZ NAVIDAD!!!!
Desde São Paulo, unidos por un lazo invisible de paz, amor, amistad y paciencia que te cagas, os mandamos a todos los hombres y mujeres de paz (a tí también afinador de guitarras) un mensaje coca cola.
Polo Norte, 19 de diciembre de 2010.